Es la rama de la odontología que se encarga de la corrección de las anormalidades de los dientes mediante la utilización de sistemas fijos o removibles. Este tratamiento implica el uso de aparatos correctivos, como los frenos o los retenedores, para: enderezar los dientes torcidos, cerrar los espacios entre ellos, alinearlos con los labios, corregir problemas de mordida irregular, etc.